Urbanismo feminista: un diseño urbano de igualdad

Urbanismo feminista: un diseño urbano de igualdad

En los últimos meses hemos visto los núcleos urbanos transformarse debido al Covid-19, adaptándose a la nueva situación que vivimos actualmente. Pero las ciudades no solo deben adaptarse ante situaciones como ésta, sino que las poblaciones también deben ser ejemplo de igualdad.

Estamos acostumbrados a vivir en un urbanismo enfocado a las necesidades del género masculino y al entorno económico. El urbanismo y la arquitectura ha excluido a las mujeres del espacio urbano, pero la verdad es que no solo las ha excluido a ellas, sino también a personas racializadas, mayores, niños y niñas, gente con diversidades funcionales, etc.

Es hora de cambiarlo y pensar en un diseño urbano de igualdad. 

 

¿Qué es el urbanismo feminista?

El urbanismo feminista no significa un diseño urbano enfocado a las mujeres, sino un diseño urbano de igualdad, que los dos géneros tengan la misma importancia en el núcleo urbano y en sus viviendas.

Todo esto empieza partiendo de la movilidad. Las ciudades están pensadas para los hombres heterosexuales con una movilidad del trabajo a casa y de casa al trabajo. Asimismo, las ciudades están hechas de manera que no tienen en cuenta las fases de la vida, si unas son dependientes o independientes, además esto también incluye a las personas que cuidan de otras dependientes.

La planificación y el diseño urbano nos dice cómo trabajamos, jugamos, nos movemos y descansamos. Tal como dijo Horacio Terraza, experto en desarrollo urbano y ciudades del Banco Mundial: “El espacio urbano determina cómo organizamos nuestra vida y nuestra comunidad, en definitiva, nuestra sociedad. Desde ese punto de vista refleja y reproduce los estereotipos de género con los que hemos crecido y convivimos. “

La desigualdad urbana se nota y mucho. Podemos observar los parques sin luz, las calles en mal estado difíciles de transitar, falta de baños para mujeres y personas del colectivo LGTBIQ, etc.

Desigualdad urbana

“Las tareas de cuidado no tienen dos únicos puntos de salida y llegada, sino muchos más. En un mismo trayecto llevas a los niños y niñas a la escuela, vas al trabajo, al salir pasas por la panadería a comprar el pan, vuelves a la escuela a recogerlos, vas al centro médico a acompañar a un familiar y a la salida vas un rato al parque para que jueguen”, explica Karmele Rekondo, arquitecta e integrante del colectivo sobre urbanismo inclusivo de UrbanIn+.

Adriana Ciocoletto, otra integrante y arquitecta asegura que las ciudades “se organizan en zonas alejadas entre sí (residencial, trabajo, centros comerciales, centros sanitarios…) y todo ese trayecto con vehículo privado. “Por ello, unir estos espacios, que responden a las necesidades cotidianas de la vida y el cuidado, se hace complejo”. explica.

El urbanismo feminista responde a las necesidades de todos, por lo que también hay que tener en cuenta a las personas mayores, que aproximadamente tienen que sentarse en un banco a descansar cada 200 metros aproximadamente. Asimismo, habría que facilitarles la movilidad para que puedan tener mayor calidad de vida.

 

Aumentar la seguridad

Lo que muchas ciudades ya están empezando a estudiar, es que las mujeres durante el día suelen tener una movilidad más sostenible, pero por la noche se paraliza. ¿Por qué? Por el miedo, sobretodo las mujeres que trabajan de noche.

El informe Nocturnas: La vida cotidiana de las mujeres que trabajan de noche en el Área Metropolitana de Barcelona, explica que es necesario analizar cómo el miedo afecta al uso del espacio público por parte de las mujeres. Por ello, quieren revisar horarios y frecuencias. 

Llevamos tiempo escuchando que en el transporte nocturno, las mujeres podrán pedir al conductor del autobús parar en el lugar más cercano a su vivienda, veremos si pronto aceptan esta medida.

 

La familia igualitaria e integradora

El urbanismo feminista no solo está en la distribución del núcleo urbano, también hay que hacer hincapié en la distribución interior de las viviendas. Como ya os explicamos en el blog de “Viviendas más igualitarias e integradoras”.

Vivienda Igualitaria

La arquitecta Zaida Muxí explica “Una vivienda con una cocina muy pequeña dificulta, por ejemplo, el cuidar y el limpiar a la vez. Si la estancia tuviera un tamaño más grande, los niños podrían estar ahí mientras que quien los cuida compagina esa tarea con otra actividad. Hay que tener en cuenta que difícilmente se pueden separar estos tiempos, entonces lo que acaba pasando es que las personas que tienen que ejercer los cuidados es usar el tiempo de la noche para poder hacer el trabajo”. 

Por ejemplo, estamos acostumbrados a hacer habitaciones más grandes que un baño y eso genera una dificultad y un mensaje de prioridad, de lo que se da mayor importancia.

 

Arquitectura feminista

A día de hoy es extraño ver a mujeres en la construcción o incluso en el sector de la construcción. Siempre han sido trabajos que han ocupado los hombres, sobretodo los puestos de directivos, responsables, etc. A veces estas mujeres se han sentido discriminadas en las entrevistas de trabajo, ya que muy pocas empresas representadas por hombres aceptan mujeres en altos cargos. Muchas han estado a nada de rendirse, pero a día de hoy son un referente para muchas otras mujeres que quieren dedicarse a la arquitectura.

Arquitectura feminista

A nivel mundial, tan solo 10% de los puestos directivos en estudios de arquitectura y diseño urbano están ocupados por mujeres. A nivel nacional, en 2019 había aproximadamente 115.600 mujeres que trabajaban en el sector de la construcción en España, como mujeres albañil, arquitecta o en la construcción, que es el 9 % del total.

 

Hay que hacer un cambio, la sociedad lo necesita para que podamos avanzar e innovar. Tenemos que empezar a conocer las necesidades de la población indistintamente del género y a priorizar cosas realmente importantes para el núcleo urbano igualitario.