Muchas veces hemos hablado de las ventajas de una casa sostenibles, de cómo reducen la huella en el medio ambiente y, además, consumen menos energía en comparación con las casas tradicionales.
Pero, a la hora de tomar la decisión de compra de una vivienda, es habitual, normal y, además, aconsejable, pensar en el mantenimiento que esta va a requerir a lo largo de los años.
Teniendo en cuenta que la compra de una casa es, generalmente, la mayor inversión que realiza una persona a lo largo de toda su vida, todos queremos que esta dure muchos años y lo haga en buen estado. Y para ello, confiamos en que los gastos que tendremos que desembolsar durante el tiempo que seamos propietarios de esa vivienda serán los mínimos.
Pues, precisamente, el escaso mantenimiento que necesitan las viviendas sostenibles es una de las razones de que, actualmente, sean de las más demandadas.
¿Qué es el mantenimiento de una vivienda?
Cuando hablamos del mantenimiento de una vivienda nos referimos, obviamente, a la conservación de todos sus elementos en perfecto estado de funcionamiento. Lo más habitual es que las tareas de mantenimiento de una casa incluyan los sistemas de agua, climatización, todo el sistema eléctrico y también cualquier otro elemento que deba ser cuidado, todos los materiales desde los cimientos hasta el techo pasando por la jardinería.
Y, aunque es cierto que nada dura eternamente y que es normal que las cosas sufran desgaste por uso, cuanto más nos preocupemos por su conservación y mantenimiento, más nos durarán y, sobre todo, lo harán en mejores condiciones.
Se estima que, anualmente, un propietario se gasta de media ente el 1 y el 2% del valor actual de la vivienda en gastos de mantenimiento. Esto, lógicamente, fluctúa enormemente si hablamos de una casa de segunda mano o de obra nueva. El precio de adquisición de esta última será, generalmente, más alto, pero sus costes de mantenimiento serán muy bajos los primeros años.
Aun así, es recomendable que, una vez cada seis meses se haga una pequeña inspección general para asegurarnos de que todo está correcto.
Pero el determinante fundamental que más influye en lo que supondrán los costes de mantenimiento de una casa a futuro son, sin duda, las calidades. Si los materiales de construcción y los sistemas que instalamos en nuestro hogar son de buena calidad, aunque la inversión inicial puede ser algo más alta, su mantenimiento será menor y, por tanto, nuestra inversión será mucho más rentable a medio y largo plazo.
Bien, y ¿qué sucede con los materiales sostenibles si lo que quieres es comprar una casa sana?
Materiales sostenibles y también duraderos
Una de las principales características de las casas ecológicas es que, para su construcción, se utilizan materiales sostenibles. Generalmente, este tipo de materiales son, saludables, duraderos y requieren poco mantenimiento.
A la hora de plantearnos el diseño de una promoción sostenible, enseguida pensamos en los materiales que vamos a utilizar en su construcción. Y en estos debe primar siempre la calidad. Sí, porque sostenibilidad y calidad van siempre de la mano.
Pero también nos fijamos mucho en la naturaleza y en el entorno en el que se van a ubicar nuestras viviendas sostenibles. Y resulta que la mayoría de los materiales que la propia naturaleza nos puede proporcionar son de una calidad excelente. La piedra, la pizarra o la madera natural son materiales de construcción sostenibles y muy duraderos. Las propiedades de este tipo de materiales constructivos hacen que se reduzcan los costes de mantenimiento.
Además, otro valor añadido a este tipo de materiales ecológicos es que se pueden reciclar, con lo que podemos darles más vidas. O tal vez ya han tenido una vida anterior, lo que favorece la economía circular, es un muy buen ejemplo de su permanencia en el tiempo. Esto también significa que podemos mantenerlos en un circuito productivo libre de generación de residuos. Además, todo lo que sea proximidad significa también menos coste de transporte y menos emisiones.
Otra ventaja más es que, por ejemplo, contamos con una amplia gama de materiales ecológicos que, al mismo tiempo, son excelentes aislantes. Su durabilidad es muy superior a la de los aislantes tradicionales y contamos con el valor añadido de que estaremos ahorrando tanto en calefacción en invierno como en aire acondicionado en verano.
El mantenimiento del jardín sostenible
En los exteriores de nuestra casa, si elegimos vegetación autóctona, como sucede en las viviendas sostenibles de Quorania, esta requerirá de un mínimo mantenimiento, ya que se encuentra en su hábitat y en su clima natural.
El jardín Mediterráneo apenas precisa de agua, con lo que podrá simplemente beneficiarse del agua de la lluvia o bien se puede aprovechar una red separativa de agua para el riego. Además, este tipo de vegetación puede prescindir de fertilizantes químicos, ya que toma los nutrientes del que es su suelo natural.
Por supuesto, estaremos beneficiando el ecosistema local, fomentando la biodiversidad de flora y fauna de la zona. Y, en verano, podemos tener zonas de sombra muy agradables que contribuirán a bajar la temperatura media de nuestras viviendas.
Muchas personas todavía dudan a la hora de adquirir una vivienda sostenible porque suele tener un sobrecoste en el precio de compraventa frente a la vivienda tradicional. Pero este sobrecoste de construcción, que se debe efectivamente, a las altas calidades de los materiales sostenibles que se utilizan, se amortiza en un corto período de tiempo gracias a su baja exigencia de mantenimiento. Y también, por supuesto, gracias al ahorro de costes de energía en los consumos diarios. Por eso, comprar una casa ecológica construida con materiales sostenibles es apostar por el futuro.